Siempre será posible recuperar
el aliento
cuando acabe este insostenible
transitar del deseo hasta tu
huella.
Olvido el sigilo.
Dejar de respirar para que el
tiempo
se detenga en tus huesos.
Atreverme a colorear la
fantasía
de unas manos que hacen la
tarea
de sacar a flote
pedazos de mí
aunque después no los
reconozca.
En esta tarde de invierno te
invoco.