En
Venezuela, existen localidades que se han preservado y cuentan su historia a
partir de las evidencias que quedan plasmadas en las formaciones rocosas y los
suelos. Representan un documento
geológico muy valioso con información que data de hace millones de años.
Es el caso
del cañón de Las Calderas, al noroeste de la Isla de Cubagua, estado Nueva
Esparta en Venezuela, un oasis con yacimientos paleontológicos que han servido
para entender los ambientes en los cuales fueron depositadas las rocas que
representan lo que geológicamente se conoce como “Formación Cubagua”, es decir,
una formación del Período Neogeno, de la edad Mioceno Tardío y Pleistoceno
Temprano.
Estudios
geológicos indican que la historia geológica de Cubagua empieza hace unos 5
millones de años, cuando la porción de tierra que ocupa estaba invadida por el
mar, poblado de arrecifes coralinos, invertebrados, peces y hasta delfines,
según se ha podido corroborar gracias a fósiles encontrados en la isla.
La erosión de millones de años ha
quedado grabada en las rocas del cañón de Las Calderas, con
escarpes de hasta 60 metros de alto. En la base de este paraje, con escasa vegetación xerófita,
se puede apreciar a simple vista una inmensa muestra paleontológica que incluye
invertebrados fósiles, donde destacan los moluscos (gasterópodos y bivalvos),
con cantidades menores de briozoarios y fragmentos de equinodermos, parte de la
fauna que predominaba en este sector de Cubagua que hace 5 millones de años
estaba cubierto de agua.
“Las muestras paleontológicas
existentes en el cañón de Las Calderas tienen una composición muy diferente tanto
de especies como de familias. Una composición faunística tan heterogénea indica
que las aguas poseían condiciones favorables para la productividad biológica”,
expresa el Coordinador de la Unidad de Paleontología del Museo Marino de
Margarita, Juan Capelo.
Menciona como ejemplo del rico
ecosistema marino reinante hace 5 millones de años en Cubagua, la presencia de
dos familias de bivalvos, los pestínidos y las ostras, con unas 30 especies
derivadas. “Se caracterizan por alimentarse de plancton, el cual depende de una
alta productividad acuática, la cual viene dada por propiedades hidroquímicas
de cierto tenor: temperaturas bajas y alto nivel de nutrientes”, apunta Capelo.
Destaca que
muchas de las muestras que están presentes en este oasis fosilífero de la Isla
de Cubagua, proceden del Océano Pacífico, correspondiendo a una etapa geológica
anterior al cierre del Istmo de Panamá. Otro dato que aporta el experto es que el
80% de las especies de gasterópodos que se consiguen en el cañón ya están
extintas en el Atlántico y el Caribe. De ese 20% restante que sigue vigente, la
mitad está restringido al Golfo de México y la costa este de Estados Unidos. El
otro 10 por ciento está presente en el Océano Pacífico Meridional.
“El gran valor paleontológico del cañón de Las Calderas viene
dado por el hecho de ser un ambiente que se ha mantenido sin mayores cambios
desde hace millones de años”, concluye.
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